En Roma, la comida para llevar por excelencia es la pizza al taglio o pizza al corte. La ciudad está llena de pizzerías al taglio, pequeños locales -normalmente sin mesas ni sillas (como mucho un par de taburetes)- en los que se pueden encontrar varios tipos de pizza en bandejas rectangulares, que se venden al peso. Sólo tenéis que elegir la que más os apetezca (la margarita es la reina, pero las variedades son muchas), pedir un trozo más o menos grande, según el hambre que tengáis y pagar. Si la pizza está fría os preguntarán si queréis que os la calienten. Adelante, mucho más rica con un golpe de horno. Os la sirven en una bandeja para que la toméis allí mismo o, si preferís, la doblan y la envuelven en papel para que os la vayáis tomando por la calle.

La pizza al taglio es diferente a la pizza redonda que todos conocemos no sólo por su forma, sino también por sus ingredientes y por su modo de elaboración. La masa, ligeramente más alta y crujiente, es más resistente, ya que suelen pasar varias horas entre su preparación y el momento de su consumo, y sólo con un golpe de horno los pizzeros tienen que conseguir que quede crujiente y sabrosa.

Comer pizza al taglio es barato y hay mucha variedad, tanto de pizzerías como de tipos de pizza. Quizás por eso se ha convertido en la comida de calle más popular en Italia. ¿Dónde la preparan mejor? ¡Tendréis que descubrirlo vosotros mismos!